domingo, 26 de enero de 2014

Wake up girls!


Me gusta que me recomienden libros. Y tengo en muy alta estima a quienes lo hacen. Cuando alguien en quien confío me habla de buena gana acerca del libro que acaba de leer, no lo pienso dos veces, ya sólo se trata de ver si me lo presta, lo compro, lo descargo o lo que haya que hacer para conseguirlo.

Días después, por fin llega el momento de leer el nuevo libro y: ¡cuánto disfruto las primeras líneas! Ese despliegue de hechicería que da indicios de si la narración existe en el pasado, el presente o el futuro. El artificio que es la voz del narrador. La vida que se manifiesta en lo descriptivo.

Parte de lo maravilloso de leer cuentos está en la prontitud con la que se abren y se cierran ventanas a múltiples ficciones. Las antologías de cuento se parecen a esos sueños en los que hay un pasillo largo plagado de puertas que, al abrirlas, conducen a lugares diferentes e inverosímiles. Una de esas puertas casi siempre da al mar.

Con el anime pasa igual. Las primeras escenas de un primer capítulo y “el intro” resultan ser una bella pauta para determinar el tipo de ficción en el que, si queremos, nos podemos sumergir. Y bien duro.

Hoy empecé a ver uno nuevo. De lo primerito en revelarse es que la acción ocurre a lo largo del 1 de enero del 2014. ¡Hace apenas 26 días!

A veces lo japonés me asusta. Yo digo que allá el tiempo es un valor estético porque te hacen sentir las implicaciones de tu existencia temporal a razón de sus ficciones.

El anime en cuestión se llama “Wake up girls”. La historia es acerca de un grupo de chicas que tienen por sueño convertirse en idols… ¡Uf! Lo que ocurre en este anime se parece tanto a Tokio y a sus mujeres, a la forma en que comercializan y venden un nuevo grupo musical, que casi vi a los personajes cobrar vida y atravesar la pantalla (ojo: si lo piensas fríamente, esto es lo que pretenden quienes hacen cosplay en Japón; un cosplay lo suficientemente bueno como para creer que personajes de anime andan por ahí tomando café y paseando por los jardines imperiales.)

En “Wake up girls” las protagonistas parecen niñas pequeñas, pero hablan sobre tener un trabajo y mostrar actitudes de análisis y madurez frente a la vida cotidiana.

Soy fan.

Todo es tan disparatado y tan realista a la vez, simplemente no puedo dejar de preguntarme: ¿en qué me metí con este anime? Así como en “Wake up girls” se ven carteles promocionales del grupo de idols en las calles de Sendai, en las calles de Sendai (las “reales”) hay carteles promocionales de este grupo de idols. Seguro también ya venden bebidas con su rostro en cada Seven Eleven.

Igual no lo sigo viendo, igual y sí. La moraleja aquí es: “El anime, sea como sea, es una ventana a un nuevo mundo ficcional, pegajoso, bien cimentado. Y claro, se escapa a la realidad nipona cada que puede (en forma humana, comercial, musical, material, onírica y demás).”




P.D. Narradores japoneses, dejen de jugar con mi mente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...