domingo, 8 de julio de 2012


De alguna forma acordamos que sería yo quien escribiría la primera entrada. No hay nada especial en ello. Como no nos conocemos, fue más una cuestión de suerte que de mérito: cuatro desconocidos se encuentran en internet; resulta que les gusta el anime; deciden publicar juntos un blog. ¿Por qué no?

El nombre, Gravity, está inspirado en una entrevista a Satoshi Kon que alguna vez leí. En ella, el director de animación decía que lo más importante a la hora de dibujar anime es ilustrar la manera en que caminan los personajes; es decir, hacer especial énfasis en su centro de gravedad, esa fuerza invisible que no sólo determina el equilibrio y el peso de los objetos sino que también guarda la credibilidad del ser. Los pasos, el contoneo -todo lo que precisa la manera de caminar- tiene implicaciones en el estado de ánimo de los personajes y su actitud, en el tiempo que habitan. La gravedad y la forma de caminar son características que sostienen al mundo. Realmente nos hizo mucho sentido.

Y de esto se va a tratar el blog (o eso me dijeron), de poder hablar de las cosas que vemos en el anime y que nos conmueven al grado de querer compartirlas. Nos vamos a dar el lujo de escribir acerca de algo que disfrutamos.

Tengo esta idea no muy clara, más parecida a una corazonada, de que el otro es una emoción. Aquel ser que es ajeno a ti, que no es yo, solo puede ser reconocido por medio de las emociones. Es la empatía la que nos permite suponer que somos otro -u otros- para así poder aproximarnos de manera experiencial. La expresión ponerse en el lugar del otro -de manera coloquial- es lo que intenta decirnos, imagina cómo se siente él.

De igual manera, pienso que cuando vemos un anime podemos experimentar cierto sentido de otredad. Porque nos emocionamos. Si el otro, lo otro, es una emoción, ésta última sirve para animar (para dar vida) a los mundos ficcionales y a sus personajes, por más extravagantes que nos parezcan.

Gran parte de la complejidad del acto narrativo dentro de la animación radica en que, a diferencia del cine convencional (con seres humanos dando cuenta de las acciones), en la animación cada aspecto es manipulado por la mente del creador. Incluso los fenómenos naturales -como la lluvia o el viento- y los gestos en cada rostro de los personajes, son dibujados trazo por trazo. Es realmente bello. En su totalidad, el medio animado trabaja en conjunto para funcionar dentro de un marco narrativo coherente. De un mundo propio. Como resultado, la animación pasa a ser una herramienta propicia para la creación de “espacios ideales”, componente clave del éxito del anime.

Y ahora si, el meollo de este asunto. Yo creo que los “espacios ideales” que generan las animaciones japonesas tienen un enorme potencial para apoyar el desarrollo -la creación- de “identidades humanas ideales”. Solo el anime puede soportar la imaginación de estas “identidades ideales”, formando así, mundos ficcionales alternativos a la condición humana habitual. Debo aclarar que, como la expresión anime conjuga la animación y, el que haya sido hecha en Japón, por japoneses, o ya de mínimo, guardando ciertos códigos estéticos y narrativos que congenien con el género, no se trata únicamente de los dibujos, sino de comprender ciertas tipologías culturales.

Generalmente, en los animes hay una figura heroica. Las hay de todo tipo, desde las que se preocupan por salvar la humanidad hasta las que quieren alcanzar un sueño propio. Estos personajes destacados, unos más otros menos, suelen mantener cierta integridad moral. Son justos, amables, divertidos, valientes, fieles, amigables, etc. Como son ellos en quienes se centran las historias, también son quienes se ganan el corazón de los espectadores. A veces nos atraen los villanos, cierto, pero es porque también hay rasgos positivos en ellos: son fuertes, hábiles, inteligentes; porque son verdaderamente significativos en la trama. Espero no estar pecando de demasiada buena fe pero, mi teoría se reduce a lo siguiente: nos gusta el anime porque somos buenas personas. Valoramos la amistad y las historias bien contadas, nuestras emociones confabulan para traer a la vida a personajes que son dignos de existir en nuestra memoria.

Por eso, es un placer compartir este espacio con ustedes.
Y, de aquí en adelante, vamos a escribir mejor.

1 comentario:

  1. un buen blog por favor sigan adelante
    su trabajo es excelente y muy interesante

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